Medea: bruja, princesa, villana, madre, amante y mujer.

Medea es una poderosa hechicera de la mitología griega, apasionada y temeraria, pertenece a la familia de brujos de Cólquide y es una de las benefactoras de Jasón en la búsqueda del vellocino de oro, la piel que trajo Frixo cuando escapó con su hermana Hele del sacrificio de su madrastra. Tal como Circe, su tía, otra gran bruja, desciende de las oceánides por vía materna y del poderoso dios Helios, por vía paterna. Es muy conocida por su participación a favor de los Argonautas, por su sacrificio al llevarse el vellocino, al enfrentarse a su padre, el terrible rey Eetes y abandonar (en algunas versiones, asesinar) a su medio hermano Apsirto. Medea es una mujer intensa, capaz de curar la locura de Hércules, de revelar los secretos para asesinar a los guardianes de Cólquide y de escapar en el carruaje de su abuelo, el dios Helios, cuando este mundo no es suficiente para ella. Cuando acompaña a su amado al reino de Yolcos, se deshace de sus enemigos sin dudar. El malvado tío de Jasón intentaba quedarse con el vellocino, pero Medea convence a sus hijas de cortarlo en pedazos y meterlo en una vasija de donde emergerá joven y bello. Tres días después se dan cuenta que es un engaño y huyen horrorizadas. Jasón y Medea se casan, tienen dos hijos y viven durante un tiempo como una familia. Durante las tragedias posteriores, el personaje mitológico se convierte en una amante celosa, desgarrada por las circunstancias, lo que le lleva a asesinar a sus propios hijos, debido al abandono del héroe por el que lo sacrificó todo. Medea es, sin lugar a dudas, un personaje profundo, lleno de aristas y revelaciones que no se agotan a pesar del tiempo.