Desde la infancia, los niños están expuestos a los sonidos y patrones del lenguaje, y esta exposición es fundamental para el desarrollo de habilidades lingüísticas sólidas. De hecho, la investigación ha demostrado que el idioma materno tiene un impacto significativo en el desarrollo temprano de un niño.
Un estudio realizado por el neurocientífico Patricia Kuhl en la Universidad de Washington descubrió que los bebés de seis a doce meses tienen la capacidad de distinguir los sonidos de todos los idiomas del mundo. Sin embargo, esta habilidad disminuye drásticamente después de los 12 meses de edad, a medida que el cerebro se especializa en los sonidos de su idioma materno.
Otro estudio publicado en el Journal of Child Language señala que los niños que crecen en hogares bilingües tienen una ventaja cognitiva en la resolución de problemas y en la toma de decisiones. Los niños bilingües también demuestran una mayor flexibilidad cognitiva y una mejor capacidad para ignorar la información irrelevante.
Además, un estudio publicado en el Journal of Experimental Child Psychology encontró que los niños que aprenden un segundo idioma antes de los tres años de edad tienen una mejor comprensión del lenguaje y una mayor capacidad para aprender idiomas adicionales en el futuro.
También se ha demostrado que el idioma materno influye en el desarrollo social y emocional de un niño. Un estudio publicado en el Journal of Cross-Cultural Psychology encontró que los niños que hablan el mismo idioma que sus padres tienen una mayor autoestima y se sienten más conectados con su cultura.
En resumen, el idioma materno es crucial para el desarrollo temprano de un niño. La exposición temprana al lenguaje ayuda al cerebro a especializarse en los sonidos de su idioma materno, lo que permite un desarrollo lingüístico sólido. Además, los niños bilingües tienen una ventaja cognitiva y social, y aprender un segundo idioma temprano puede mejorar su capacidad para aprender idiomas adicionales en el futuro. En última instancia, la exposición temprana al idioma materno es esencial para el desarrollo integral de un niño.