Tendemos a pensar a corto plazo por instinto natural y muchas veces es contraproducente.
Dar clases particulares requiere una escucha activa, una empatía y un compromiso personal que conviene que se subordine a lo monetario. No al revés.
Es duro invertir 1 hora y el desplazamiento en conocer a tu cliente y sus padres y no recibir dinero a cambio. Sin embargo, poder tener una buena planificación y unos buenos resultados puede llevar mucho más tiempo. La pérdida de oportunidad que genera la falta de trabajo de planificación y preparación es aún mayor que lo que se deja de ganar a corto plazo.
En Economía deberíamos hablar continuamente de lo que se ve y de lo que no se ve. Del dinero que invertimos y el que dejamos de ganar por no invertir. Por este motivo, te animo a impartir la primera clase gratis por muy bueno que seas porque la confianza se construye desde el trabajo que se demuestra, a pesar de las buenas opiniones o de las recomendaciones.
El umbral de certidumbre en algunos casos es bajo y en otros muy elevado. Si una persona cree que necesita muchas buenas críticas y opiniones favorables para confiar en alguien probablemente la clase gratuita sea necesaria. Como no sabemos cuáles son las preferencias de la otra persona podemos anticiparnos nosotros y recibir un feedback para construir una relación duradera.
Además, es importante tener comentarios favorables y trabajar en las vías de promoción. Esto es un negocio, aunque lo queramos ver como "ingreso extra" o informal.