"Creo que cualquiera pensaría que es un trabajo fácil, la verdad es que me ha resultado más sencillo enseñarle a adultos que a niños. Y eso es por que este trabajo implica tener un porcentaje de responsabilidad en el crecimiento y desarrollo del menor. Muy aparte de enseñar técnicas y trucos en una clase de arte, debo ver de que forma el taller puede fortalecer la seguridad, la creatividad y el pensamiento crítico de mi estudiante".
//// Me convertí en docente de arte a los 20 años gracias al instituto Poussin que me dio la oportunidad. Había investigado por mi cuenta pedagogía infantil para estar preparada pero no hay mejor lección que se gana con la práctica, y fue ese taller de "dibujo y pintura" conformado por 9 adolescentes que aprendí 9 lecciones importantes que hace que me pueda llamar a mi misma "profesora de arte":
- La timidez de un estudiante desaparece únicamente cuando el docente logra su confianza.
- Mientras más entretenida sea la clase, más fácil será poder tener la atención de los estudiantes más inquietos y más introvertidos.
- Toda idea es bien recibida, así sea una locura, porque es el punto de partida para un cuadro muy creativo.
- El arte involucra pensar, no basta con repetir el ejercicio, el alumno debe saber que está haciendo, para que lo hace y que es lo que quiere decir con su obra.
- Presta atención a cada ejercicio ejecutado por el estudiante, sus dibujos hablan más que ellos mismos.
- Todos avanzan a un ritmo diferente, y todos esos ritmos son correctos. En varias ocasiones el que va más lento puede estar percibiendo cosas que no ve el que tiene más destreza técnica.
- Como profesor comete pequeños errores intencionales para que tus estudiantes aprendan que está bien equivocarse y que no deben deprimirse si el ejercicio no sale como ellos quisieran.
- Con práctica y perseverancia todos pueden llegar a ser buenos artistas.
- Escucha lo que tengan que decir, así no tenga que ver con el curso, porque es muy probable que te necesiten.
"Desde el 2014 he ejercido la docencia en institutos y colegios. Un año después de terminar la carrera en Bellas Artes, cambié mi rubro laboral a marketing y diseño, y tras mejores ingresos económicos, concluí que desde esta nueva posición uno de los objetivos que me tracé siendo estudiante de arte se perdía: "La incorporación de una cultura artística en la sociedad". Es por eso que me di la oportunidad de seguir ejerciendo la docencia pero de forma particular por que existe una enorme gratificación en ver a tus estudiantes progresar".