Desde que tengo memoria me han apasionado los números y tengo facilidad para entenderlos. Descubrí que podía compartir ese conocimiento cuando ayudaba a mis compañeros o a mis familiares con ejercicios. Creo firmemente que no hay chicos “malos en matemáticas”, solo distintas formas de aprender. Por eso, adapto mis clases a cada alumno: desde los más pequeños, evitando que se aburran, hasta adoles...
Desde que tengo memoria me han apasionado los números y tengo facilidad para entenderlos. Descubrí que podía compartir ese conocimiento cuando ayudaba a mis compañeros o a mis familiares con ejercicios. Creo firmemente que no hay chicos “malos en matemáticas”, solo distintas formas de aprender. Por eso, adapto mis clases a cada alumno: desde los más pequeños, evitando que se aburran, hasta adolescentes con quienes genero confianza y un ambiente cercano, más de compañero que de profesor.