Constanza Torres

El impartir tutorías en la universidad surgió como una oportunidad de desarrollar nuevas habilidades, y me permitió conocer un lado de mí que no conocía. Pude darme cuenta de que me agrada enseñar y ver que mi ayuda sirve para hacerle más entretenido o entendible un ramo a alguien, o hacerle sentir que tiene una compañía que le puede dar confianza para poder enfrentarse a él.

Para los ramos de la universidad es necesaria la memoria, pero siempre es más facil comprender algo si lo acercas a tu realidad o tu cotidianidad. Se le tiene que encontrar sentido a lo que uno lee, y hay que darle forma a lo abstracto de los libros de ciencias y papers.

En la escritura es parecido. Para entender cómo escribir, primero hay que entender los objetivos de ese escrito. Hay que saber las reglas gramaticales y el cómo dar coherencia a las palabras, al texto en sí. Todo tiene su orden, y eso también se aprende.

Dentro de la clase existen 2 modalidades: la modalidad de cátedra, que va evolucionando a conversacion constante, analisis de situaciones y creación de historias para comprender la ciencia; y la modalidad de trabajar a la par para la redacción, explicar qué es lo que necesitan redactar, cuáles son los parámetros de la evaluación y qué es lo que saben y qué no.

En ambos casos, priorizo tener conversación constante para mantener la comunicación sobre los objetivos de la tutoría. Se aprende relacionando y haciendo. Conforme se desarrolla la capacidad de reproducción, las habilidades empiezan a surgir y se mantienen en el tiempo.