En mis clases virtuales de español e inglés siempre siento que me conecto a un espacio vibrante y lleno de posibilidades, donde la imaginación no tiene límites y cada sesión se convierte en una experiencia única; comienzo saludando con entusiasmo y proponiendo un calentamiento divertido, como un mini-juego de palabras, una adivinanza o un reto rápido que hace que todos empiecen a participar sin t...
En mis clases virtuales de español e inglés siempre siento que me conecto a un espacio vibrante y lleno de posibilidades, donde la imaginación no tiene límites y cada sesión se convierte en una experiencia única; comienzo saludando con entusiasmo y proponiendo un calentamiento divertido, como un mini-juego de palabras, una adivinanza o un reto rápido que hace que todos empiecen a participar sin timidez. Me encanta usar recursos interactivos que sorprenden: tableros digitales donde dibujamos historias disparatadas, ruletas virtuales que eligen actividades inesperadas, videos cómicos que analizamos juntos o pequeños desafíos teatrales donde cada estudiante interpreta un personaje inventado en el momento. A medida que avanzamos, combino actividades que requieren concentración con dinámicas de movimiento o risa, porque sé que cambiar el ritmo mantiene la motivación alta. A veces convertimos la clase en una misión secreta: descifrar mensajes en inglés o español, resolver misterios lingüísticos, encontrar errores escondidos o completar pruebas en equipo para desbloquear “niveles” de aprendizaje. También disfruto crear competencias amistosas con puntos, insignias o premios simbólicos que celebran el esfuerzo más que la perfección, y ver cómo cada estudiante se anima a hablar más, equivocarse sin miedo y descubrir que el idioma se disfruta mucho más cuando se vive con humor. Al finalizar, dedicamos unos minutos a compartir lo que más nos sorprendió o hizo reír, y siempre cierro con la sensación de haber compartido una aventura educativa donde todos crecimos un poquito, no solo en vocabulario y gramática, sino también en confianza, creatividad y ganas de seguir explorando el maravilloso mundo de los idiomas.
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