Renzo Darío Arquíñigo Vidal

La metodología para enseñar matemáticas y física, desde primaria hasta la universidad, se basa en un enfoque claro, práctico y adaptado al nivel de cada estudiante. Todo comienza con una evaluación inicial para conocer sus conocimientos previos, identificar fortalezas y detectar las áreas que necesitan mejorar.

En los niveles más básicos, se utilizan ejemplos visuales, juegos y situaciones cotidianas para explicar los conceptos de forma sencilla. Conforme el estudiante avanza, se incorporan problemas más complejos y aplicaciones reales que permiten conectar la teoría con la práctica. Para los estudiantes universitarios, el enfoque es más profundo, con ejercicios avanzados y análisis detallados de los temas.

Cada clase combina una explicación breve y clara con la resolución de ejercicios. Primero se guía al estudiante paso a paso, y luego se le da espacio para resolver problemas por sí mismo, fomentando la autonomía y la confianza. Además, se realizan evaluaciones regulares para medir el progreso y ofrecer retroalimentación inmediata, corrigiendo errores y reforzando lo aprendido.

El uso de herramientas digitales, como simuladores y aplicaciones gráficas, hace que los temas abstractos sean más fáciles de comprender. También se aplica la revisión espaciada, que consiste en repasar los contenidos en diferentes momentos, lo que ayuda a fijar los conocimientos a largo plazo. Esta combinación de teoría, práctica y tecnología permite un aprendizaje más efectivo y duradero.