Desde mi niñez, mi entonces ciega vocación me movía a hablar en público con grandilocuencia, enseñar sin pedantería y hallar el modo más práctico para llegar hasta las fibras de mis aprendices. Partiendo de ahí, otrora transmitía mi modesto conocimiento hasta observar el aprendizaje triunfal de mis «alumnos». Dónde entonces, he pulido tales técnicas para brindar una enseñanza de envergadura.
Desde mi niñez, mi entonces ciega vocación me movía a hablar en público con grandilocuencia, enseñar sin pedantería y hallar el modo más práctico para llegar hasta las fibras de mis aprendices. Partiendo de ahí, otrora transmitía mi modesto conocimiento hasta observar el aprendizaje triunfal de mis «alumnos». Dónde entonces, he pulido tales técnicas para brindar una enseñanza de envergadura.