Profesor Universitario dicta asesorías para Bachillerato, Inglés, Comunicaciones, Historia del Arte, etc

Hace diez años entré por primera vez a un aula con una certeza y una duda. La certeza: que el arte, el cine, el inglés, etc. no se enseñan, se contagian. La duda: cómo encender esa chispa en cada estudiante, incluso en quienes llegan pensando que “esto no es lo mío”.
Veinte años después, sigo buscando esa chispa. Y encontrándola.

Soy docente e investigador en Historia del Arte y del Cine, pero mis estudios son amplios: manejo docencia en Inglés, Español, Historia, Filosofía, Comunicación Audiovisual y Publicidad y Marketing. Porque la cultura, el lenguaje y las ideas no están separadas; se cruzan, se iluminan, se contradicen y se potencian. Y ahí, en ese territorio vivo, es donde ocurre el aprendizaje real.

Mi método es simple: primero entender al estudiante; luego construir el camino. Cada estudiante necesita una llave distinta: a veces es una película que no había visto de esa forma, una metáfora inesperada, un ejercicio estratégico, una lectura bien acompañada, herramientas lúdicas o una explicación que baja la teoría a tierra firme sin perder profundidad. Trabajo para que entiendan —de verdad— lo que están estudiando, para que piensen mejor, para que ganen seguridad al hablar, escribir, analizar y crear.

He preparado a estudiantes para exámenes de bachillerato, entrevistas, tesis, cambios de carrera y proyectos personales que comenzaron como una idea vaga. He visto frustraciones destrabarse en una clase; y talentos —que parecían escondidos— salir a la superficie. Esa es mi brújula: el progreso visible, ese momento en que el estudiante dice “ahora sí lo entiendo”.

Mi promesa no es enseñar más rápido, sino enseñar con sentido. Transformar la curiosidad en método, la teoría en herramienta, y el conocimiento en un espacio donde cada quien encuentra su propia voz.

Si buscas clases rígidas, este no es tu estilo.
Si buscas aprendizaje real, acompañamiento cercano y un profesor que no enseña desde arriba sino desde el proceso, entonces sí: trabajemos juntos.
La chispa está ahí. Solo hay que activarla.